16 jun 2021
DR. MARCO ANTONIO TOVAR Facultad de Medicina / Universidad Nacional Autónoma de México
La infección causada por SARS-CoV-2 ha generado múltiples interrogantes y al intentar encontrar respuestas se han descubierto datos sorprendentes, lo que permite conocer más sobre cómo puede reaccionar el cuerpo humano. Si bien durante la atención de los primeros casos parecía que la infección era únicamente de tipo respiratorio, hoy se sabe, gracias en parte a diversos estudios realizados en centros clínicos especializados de todo el orbe, que la piel juega un papel relevante en muchos pacientes.
La infección por el virus de la Covid-19 también tiene predilección por el sistema tegumentario y se puede manifestar de distintas formas. Un estudio publicado por un grupo japonés de investigación ha podido demostrar que el virus es capaz de permanecer en la superficie de la piel entre 9 y 11 horas; en contraste, el virus de la gripe sólo permanece en ella menos de 2 horas. Estos autores demostraron también que el contacto con alcohol durante 15 segundos elimina por completo el coronavirus de la piel. El ensayo confirmó que, como en muchas infecciones, una buena higiene de manos sigue siendo un factor clave para combatir esta patología.
Una de las alteraciones relacionadas hoy con Covid-19 es el herpes zóster, el cual, sin ser causado directamente por el virus, ha surgido cada vez con mayor frecuencia debido a un efecto facilitador del coronavirus.
El estudio multicéntrico intitulado Covid Piel , que se puso en marcha en mayo del 2020, estuvo integrado por un grupo de dermatólogos españoles que reclutaron 375 pacientes con manifestaciones cutáneas, en el contexto de un cuadro clínico sugestivo o confirmado de infección por el nuevo coronavirus. En el marco de sus conclusiones se destacó que un 47% de los participantes presentó erupciones maculopapulosas, entre otros síntomas.
Durante el protocolo del estudio se recogieron datos clínicos y analíticos, fotografías de las lesiones de la piel y descripción morfológica de las mismas. Según este trabajo, cuyos resultados han sido publicados en la revista British Journal of Dermatology, las manifestaciones cutáneas se pueden clasificar en cinco patrones asociados con un pronóstico específico de la infección SARS-CoV-2. Estos son:
Las erupciones acrales similares a sabañones (en manos y pies) aparecen como áreas de eritema o coloración violácea, con vesículas y pústulas. Con frecuencia son asimétricas.
El estudio ha permitido contar con la primera clasificación de los síntomas cutáneos que presentan los pacientes con sospecha o positivos a Covid-19, estableciendo además una relación entre la gravedad de la infección y distintos patrones que aparecen en diferentes momentos evolutivos de la enfermedad. Esto puede ayudar al diagnóstico y manejo de las distintas fases.
En otro estudio latinoamericano se registró que los pacientes infectados por Covid-19 y que están bajo tratamiento inmunosupresor o tienen un sistema inmunitario debilitado presentan una mayor propensión a desarrollar herpes zóster.
Debe recordarse que el herpes zoster es una infección que se produce cuando el virus varicela zóster se reactiva de su estado latente en un ganglio de la raíz dorsal posterior. El padecimiento se presenta con un dolor intenso en las zonas afectadas días previos a la aparición de las lesiones en la piel. Afecta principalmente la región torácica, aunque puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.
Una de las complicaciones de esta enfermedad es la llamada neuralgia posherpética, que se caracteriza por la presencia de dolor intenso y crónico que persiste durante más de 1 mes.
En algunos casos se acompaña de síntomas como escalofríos, fiebre, náusea, diarrea y disuria, los cuales pueden presentarse 3 o 4 días antes de que se manifieste la enfermedad. Por otro lado, se estima que cerca de 10% de los casos de herpes zóster involucra al dermatoma correspondiente a la rama oftálmica del nervio trigémino, tratándose en este caso de herpes zóster oftálmico.
Por ello, es importante realizar un diagnóstico y tratamiento oportunos, ya que es frecuente la aparición de estas complicaciones oftalmológicas o a nivel del sistema nervioso central. Se ha informado un aumento de casos de herpes zóster, coincidiendo con la pandemia por Covid-19, que afecta tanto a los pacientes positivos a Covid-19 (lo cual se atribuye a factores inmunológicos), como a los pacientes negativos a Covid-19, lo que se ha postulado guarda relación con la intensificación del estrés psicológico. Debe recordarse que la reactivación del virus del herpes zóster también puede dar lugar a la aparición de meningoencefalitis tras su inicio en forma de herpes zóster cutáneo o sin él, en pacientes de edad avanzada o con alguna condición de inmunosupresión. Cuando afecta al ganglio geniculado del nervio facial se afecta la región cutánea sensitiva característica asociada con parálisis facial periférica, esto es, el síndrome de Ramsay-Hunt.
La pandemia por Covid-19 ha forzado un cambio estructural profundo en la asistencia neurológica, potenciándose medidas de valoración remota. Sin embargo, las neuroinfecciones precisan de evaluación neurológica presencial, por lo que su sospecha y detección es crucial, sobre todo en las circunstancias de pandemia actuales, en las que equivocadamente llega a asumirse que todo síndrome febril es por coronavirus mientras no se demuestre lo contrario.
Resulta vital acudir al centro hospitalario dentro de las 72 horas de aparición de las lesiones, a fin de que la respuesta al tratamiento resulte eficaz; además, debe prescribirse un tratamiento destinado a controlar los dolores intensos que produce esta enfermedad, como es el caso de antivirales como aciclovir, además de analgésicos, de acuerdo con la condición clínica del paciente.
BIBLIOGRAFÍAS