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31 ene 2025

Solución electrolizada de superoxidación con pH neutro en rinitis alérgica

Dr. José Rivas Vilchis 

Cirugía General

Cirugía General

Medicina General

Medicina General

Alergología

Alergología

Otorrinolaringología

Otorrinolaringología


 

Resumen

La rinitis alérgica (RA) representa una alteración muy frecuente a nivel global y es la causa más común de congestión nasal reversible. Su repercusión como entidad clínica va de la mano con una gran carga socioeconómica, por lo cual se le considera un verdadero problema de salud pública. Sus factores de riesgo incluyen temas de genética y antecedentes familiares, género, presencia de otras atopias, exposición a alérgenos, la contaminación ambiental a la que puede estar sometido el paciente y a la inhalación de humo de tabaco. Su diagnóstico se centra en tres pilares fundamentales: la anamnesis, la exploración física y la sensibilización con correlación clínica. El tratamiento tiene como objetivos principales controlar los síntomas y la hiperreactividad nasal, mejorar la calidad de vida y, en lo posible, prevenir nuevas sensibilizaciones y la progresión hacia el asma. En este sentido, la irrigación nasal con una solución electrolizada de superoxidación con pH neutro mejora la depuración mucociliar al facilitar la eliminación de las secreciones nasales y también reduce la inflamación de la mucosa al disminuir la cantidad de bacterias, alérgenos u hongos. 

Palabras clave: rinitis alérgica, alérgenos, atopia, irrigación nasal 


 

Abstract 

Allergic rhinitis (AR) is a common condition worldwide and the leading cause of reversible nasal congestion. Its significance as a clinical issue is linked to a considerable socioeconomic burden, which positions it as a notable public health concern. Several risk factors contribute to AR, including genetic predisposition, family history, gender, the presence of other atopic conditions, exposure to allergens, environmental pollution, and inhalation of tobacco smoke. Diagnosis involves three main components: taking a medical history, conducting a physical examination, and assessing sensitization with clinical correlation. The primary treatment goals are to control symptoms and nasal hyperreactivity, improve the quality of life, and, when possible, prevent new sensitizations and their progression to asthma. In this regard, nasal irrigation using a superoxidized, pH-neutral electrolyzed solution can enhance mucociliary clearance by aiding in the removal of nasal secretions. Furthermore, it reduces mucosal inflammation by decreasing the presence of bacteria, allergens, and fungi.

Keywords: allergic rhinitis, allergens, atopy, nasal irrigation


 

Introducción

La rinitis es una afección crónica y heterogénea que se describe como una inflamación de la mucosa nasal y se manifiesta por medio de síntomas nasales como secreción hialina, picazón en la nariz, estornudos repetidos y congestión nasal.1

 

La rinitis alérgica (RA) surge como una respuesta inflamatoria provocada por inmunoglobulina E, con diferentes grados de inflamación en la mucosa nasal. Representa una reacción de hipersensibilidad tipo I frente a alérgenos inhalados. Estos alérgenos son proteínas transportadas por partículas en el aire, como los excrementos de ácaros del polvo, el epitelio de animales y desechos de las cucarachas.2

 

 

Epidemiología 

Se estima que entre el 10 y el 20% de la población mundial padece rinitis alérgica, siendo esta la causa más común de congestión nasal reversible. La prevalencia de esta condición ha aumentado significativamente con el tiempo. Sin embargo, se ha postulado que su incidencia real está subestimada, ya que depende de un diagnóstico médico formal y no considera a los pacientes no diagnosticados o que recurren a la automedicación. En Estados Unidos, la rinitis alérgica es la enfermedad atópica más común, afectando a entre el 9 y el 16% de la población, y el 80% de los casos desarrolla síntomas antes de los 20 años.2

 

Un estudio de cohorte de 2007 indicó que la rinitis alérgica causa pérdidas tan importantes en la productividad laboral como la hipertensión, diabetes mellitus o cardiopatías, representando el 25% del total de la productividad perdida en el país. Además, es la decimosexta causa más frecuente de consultas en atención primaria. Por ello, la alta prevalencia y el impacto de esta enfermedad demandan diagnósticos y tratamientos oportunos y rentables por parte de los médicos de atención primaria.2

 

En México, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, se informó que más de 36 millones de personas padecían rinitis alérgica, aunque solo 2 millones recibían un tratamiento adecuado. Datos más recientes indican que en nuestro país, la rinitis alérgica afecta a 42.5% de la población, siendo más frecuente en hombres, por lo cual se le considera un verdadero problema de salud pública. Se ha señalado, por ejemplo, que un promedio de 75% de las personas con asma desarrolla de forma simultánea rinitis alérgica.3

 

Un estudio nacional aplicó un cuestionario diagnóstico de rinitis alérgica para estudios epidemiológicos en cuatro ciudades de diferentes estados y encontró una prevalencia del 15% en adolescentes de 13 años o más y del 13% en niños de 12 años o menos. En promedio, entre los mayores de 13 años, la rinitis alérgica afecta al 38% de los hombres y al 62% de las mujeres. En los menores de 12 años, la prevalencia informada fue del 52% en hombres y del 48% en mujeres.4

 

Rinitis alérgica local 

La rinitis alérgica local (RAL) es un subtipo de rinitis descrito recientemente, el cual se caracteriza por tres aspectos principales, que constituyen los criterios para su diagnóstico: 1

  • Presencia de inmunoglobulina E específica (IgE) en la mucosa nasal, sin evidencia de atopia sistémica.

  • Respuesta inflamatoria celular tipo Th2 en las secreciones nasales. 

  • Pruebas de provocación nasal positivas frente a alérgenos.

Todo esto ocurre en ausencia de atopia sistémica demostrada.

 

Desde que Huggins y Brostoff identificaron por primera vez IgE nasal en casos de rinitis no alérgica en 1975, diversos estudios han corroborado la presencia de IgE en pacientes con rinitis sin atopia sistémica tras exposición a alérgenos, ya sea de forma natural o controlada.1

 

Aunque cada vez hay más evidencia sobre el diagnóstico de esta condición mediante pruebas de provocación nasal positivas y su relación con las mediciones de IgE nasal, aún se dispone de poca información acerca de su epidemiología y los mecanismos inmunitarios implicados. Además, persisten dudas sobre si la presencia de estas IgE tiene un vínculo directo con los síntomas del paciente o si representan únicamente un dato incidental sin relevancia clínica.1

 

Pese a lo anterior, la presencia de síntomas característicos de una rinitis alérgica “clásica” hacen considerar a esta alteración para su manejo terapéutico habitual. 

 

Factores de riesgo

El cuadro 1 presenta los principales factores de riesgo de la RA. 


 

Genética y antecedentes familiares

Se han identificado polimorfismos genéticos y antígenos HLA asociados con la RA. Tener un progenitor con RA incrementa el riesgo de padecerla en los hijos (aOR 2.2), llegando al 38% si ambos padres están afectados.

Género

La RA muestra un predominio en hombres de 6 a 7 años (aOR 1.9), pero en la adolescencia es más frecuente en mujeres, igualándose su prevalencia en la adultez.

Otras atopias

La dermatitis atópica (aOR 3.2) y la alergia alimentaria (aOR 3.9) aumentan el riesgo de desarrollar RA. Los niños con ambas condiciones tienen hasta un 70% de probabilidad de presentar RA, en lo que se conoce como "marcha alérgica".

Exposición a alérgenos

Factores como los ambientes interiores modernos y el cambio climático afectan los alérgenos inhalados, alterando su concentración, alergenicidad y periodos de polinización. La sensibilización temprana a aeroalérgenos y el desarrollo de RA se relacionan con un aOR de 2.9.

Contaminación

Los químicos irritantes, como las partículas diésel, no solo incrementan el riesgo de desarrollar RA, sino que también agravan los síntomas al actuar como adyuvantes de los alérgenos del polen.

Humo de tabaco

La exposición al humo de tabaco durante el periodo perinatal eleva el riesgo de sensibilización alérgica en los primeros 3 años de vida. Además, el tabaquismo en el hogar contribuye al agravamiento de los síntomas y a la cronicidad de la RA.

Cuadro 1. Factores de riesgo de la rinitis alérgica.5

aOR = Razón de momios ajustada

 

Signos y síntomas 

El paciente con RA presenta manifestaciones diversas, que pueden variar en número, frecuencia e intensidad. 

  • Síntomas principales. Rinorrea, estornudos, picazón y congestión nasal.6

  • Síntomas adicionales. Picazón en el paladar, prurito ocular, disminución del sentido del olfato (hiposmia), dolor de cabeza, dificultad auditiva (hipoacusia), carraspeo, tos, mal aliento (halitosis) y epistaxis.6

  • Signos comunes. Facies adenoidea, respiración por la boca, labios secos, lengua con aspecto geográfico, faringe hiperémica, secreción retronasal, ojeras, enrojecimiento conjuntival, pliegue de Dennie-Morgan (arrugas pronunciadas bajo los párpados por edema en la zona), surco nasal, sequedad de la mucosa nasal o hipertrofia de los cornetes.


 


 

Diagnóstico

El diagnóstico se centra en tres pilares fundamentales: la anamnesis, la exploración física y la sensibilización con correlación clínica. Por medio de la anamnesis y la exploración física, el médico de atención primaria puede realizar un diagnóstico presuntivo de rinitis alérgica.5 En algunos casos es necesario realizar estudios confirmatorios de rinitis alérgica. Esto incluye situaciones en las que no se observa respuesta al tratamiento empírico, cuando el diagnóstico de rinitis alérgica es incierto o cuando identificar el alérgeno específico podría influir en las decisiones terapéuticas.2

 

El diagnóstico definitivo se establece al confirmar la presencia de IgE específica contra alérgenos mediante pruebas cutáneas de punción o estudios sanguíneos.2

 

Detección de sensibilizaciones y su correlación clínica

La sensibilización alérgica mediada por IgE puede detectarse in vivo por medio de la prueba intradérmica (prick test) o in vitro mediante técnicas como ELISA monocomponente (p. ej., InmunoCAP®) o los chips multicomponentes (ISAC®). Hasta el 75% de los pacientes están polisensibilizados, por lo que es necesario identificar las sensibilizaciones relevantes mediante la determinación de los componentes alergénicos específicos de cada fuente. Finalmente, se debe evaluar su importancia clínica en función de la anamnesis, el patrón de síntomas y, cuando se considera necesario, mediante pruebas de exposición al alérgeno a través de la provocación nasal. La medición de eosinófilos nasales puede ser útil, mientras que la eosinofilia periférica y la IgE total plasmática no lo son.4

 

La exploración física debe descartar otras posibles causas no alérgicas de obstrucción nasal y rinorrea, como la presencia de cuerpos extraños, pólipos nasales (que, aunque pueden estar asociados con la rinitis alérgica, también pueden tener un origen infeccioso o inflamatorio), tumores o infecciones.2

 

Tratamiento 

El tratamiento tiene como objetivos principales controlar los síntomas y la hiperreactividad nasal, mejorar la calidad de vida y, en lo posible, prevenir nuevas sensibilizaciones y la progresión hacia el asma. Para ello, se basa en cuatro pilares fundamentales: la educación sanitaria dirigida al paciente y su familia, la evitación de alérgenos e irritantes, el uso escalonado de medicación para controlar los síntomas y la inmunoterapia específica para alérgenos, que busca modificar la respuesta inmunitaria frente al alérgeno.4

 

Los medicamentos para la rinitis alérgica incluyen esteroides nasales, antihistamínicos y antileucotrienos, los cuales proporcionan ciertos efectos terapéuticos. Sin embargo, estos medicamentos pueden causar efectos estimulantes y reacciones adversas, además de tener un precio relativamente elevado, y su eficacia disminuye con el uso prolongado. Aunque la terapia con glucocorticoides nasales ha sido ampliamente aceptada, muchos pacientes aún sienten temor y muestran resistencia hacia los esteroides, en especial en el caso de niños, embarazadas y lactantes.7

 

La depuración mucociliar es uno de los mecanismos de defensa del huésped más importantes y desempeña un papel fundamental en la protección de las vías respiratorias humanas contra estímulos externos e infecciones. La depuración mucociliar está regulada principalmente por la cantidad y las propiedades reológicas de la mucina secretada, así como por la actividad ciliar. Las alteraciones en este mecanismo pueden conducir al desarrollo o agravamiento de diversas enfermedades nasales.7

 

La irrigación nasal, por ejemplo con una solución electrolizada de superoxidación con pH neutro, mejora la depuración mucociliar al facilitar la eliminación de las secreciones nasales y también reduce la inflamación de la mucosa al disminuir la cantidad de bacterias, alérgenos u hongos.7,8 Muchos estudios muestran claramente su alto potencial para la antisepsia perioperatoria, el cuidado de heridas y, en fechas más recientes, para aerosoles nasofaríngeos y procedimientos de inhalación. Otros trabajos destacan el gran potencial de los aerosoles nasofaríngeos y los procedimientos de inhalación para ayudar en el control de infecciones.8

 

Un análisis sistemático en el que se compararon pacientes que recibieron irrigación nasal frente a otros que no la recibieron reveló que la irrigación nasal con solución salina puede mejorar significativamente los síntomas locales de la rinitis alérgica (RA) en adultos y niños. Su posible mecanismo de acción radica en su función de limpieza y arrastre mecánico, lo cual facilita la eliminación de secreciones nasales, reduce la concentración de factores inflamatorios locales en la cavidad nasal, alivia la congestión y el edema de la mucosa nasal y mejora la función de oscilación mucociliar en dicha cavidad.7

 

En niños asmáticos, en quienes es muy común la coexistencia de RA, el manejo de estos casos busca lograr un control eficaz de los síntomas, minimizar el riesgo de exacerbaciones, preservar la función pulmonar y reducir tanto la limitación del flujo aéreo como los efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos. La terapia incluye medicamentos de mantenimiento y fármacos de rescate para episodios agudos. Asimismo, la irrigación nasal con solución salina ha demostrado ser eficaz en niños con congestión nasal provocada por infecciones, afecciones alérgicas o rinosinusitis. Optimizar la respiración nasal en casos de asma, especialmente cuando se presenta junto con rinitis, ofrece beneficios significativos para el curso clínico y la calidad de vida del paciente.10

 

Un ensayo clínico cuasi-experimental evaluó la evolución de los pacientes antes y después de la intervención, llevada a cabo entre octubre de 2017 y marzo de 2018. Participaron niños y adolescentes de uno u otro género con un diagnóstico establecido de asma bronquial de al menos 1 año, cuyo control era deficiente a pesar del tratamiento. Ninguno de los participantes tenía diagnóstico previo de rinitis, aunque presentaban episodios intercurrentes de infecciones del tracto respiratorio superior (ITRS).

 

El diagnóstico de asma se realizó siguiendo los criterios de la actualización 2017 de la Estrategia Global para el Manejo y Prevención del Asma de la Global Initiative for Asthma (GINA). En particular, se confirmó la presencia de una limitación variable del flujo espiratorio mediante el uso de flujo espiratorio máximo (FEM). En todos los casos, se descartaron otras condiciones, como fibrosis quística, bronquiectasias, cardiopatías congénitas, cuerpos extraños en las vías aéreas superiores y discinesia ciliar primaria.10

 

Tras la evaluación inicial, se prescribió a todos los pacientes la administración nasal de una solución electrolizada de superoxidación con pH neutro y concentraciones de especies activas de cloro y oxígeno al 0.0015%. Se recomendó aplicar dos pulverizaciones en cada narina dos veces al día, con la opción de aumentar la frecuencia hasta cuatro aplicaciones diarias según el grado de hipersecreción nasal.10

 

Las aplicaciones se llevaron a cabo todos los días durante un periodo de 4 meses. Los pacientes fueron vigilados mensualmente por el mismo investigador, en un horario de 11 a 19 horas, para evaluar el control del asma, la presencia de infecciones y realizar mediciones del flujo inspiratorio máximo nasal (FIMN) y flujo espiratorio máximo (FEM).10

 

Los resultados de este estudio evidenciaron que la aplicación de una solución electrolizada de superoxidación con pH neutro, administrada de forma nasal en escolares y adolescentes con asma bronquial, mejoró significativamente el FIMN y el FEM. Además, se observó una reducción en la frecuencia de ITRS.10

 

El FIMN mostró un incremento del 79% tras 4 meses de tratamiento en comparación con el valor inicial, mientras que el FEM aumentó un 22.3%. La notable mejoría del FIMN tiene una relevancia clínica importante, ya que implica una reducción significativa de la obstrucción aérea en el segmento nasal, lo que puede contribuir, dada su correlación con el FEM, a una mejor función pulmonar en pacientes asmáticos.10

 

Asimismo, estos resultados indicaron una disminución de los episodios de ITRS durante el tratamiento, posiblemente relacionada con la reducción de la hipersecreción de moco, característica común en la rinitis alérgica y el asma bronquial, y que contribuye con su morbilidad. Este efecto podría relacionarse también con sus propiedades bactericidas y su capacidad para inhibir la replicación viral, demostradas en cultivos celulares.10


 

Referencias

1.

Calle A, Santamaría L, Sánchez J, Cardona R. Estado actual del conocimiento en rinitis alérgica local. Rev Alerg Mex. 2020;67(1):54-61.

2.

IMSS. Diagnóstico y tratamiento de la rinitis alérgica. Guía de práctica clínica. Ciudad de México: Instituto Mexicano del Seguro Social; 2017.

3.

Gobierno de México. Comunicados Secretaría de Salud. 2024. Disponible en: https://www.gob.mx/salud/prensa/198-rinitis-alergica-afecta-a-casi-la-mitad-de-la-poblacion-mexicana-iner.

4.

Mancilla-Hernández E, Medina-Ávalos M, Barnica-Alvarado R, Soto-Candia D, Guerrero-Venegas R, Zecua-Nájera Y. Prevalencia de rinitis alérgica en poblaciones de varios estados de México. Revista Alergia México. 2015 julio-septiembre;62(3):196-201.

5.

Lucas J, Moreno A, Ortega M. Patología alérgica de vías respiratorias superiores. Protoc Diagn Ter Pediatr. 2019;2:133-148.

6.

López-Pérez G, Díaz-Narváez L. Rinitis alérgica: a propósito de la llegada de la primavera. Acta Pediatr Méx. 2023;44(2):161-166.

7.

Kim H, Lee J, Kang J, Cho H, Kim H, et al. Effects of a Low Concentration Hypochlorous Acid Nasal Irrigation Solution on Bacteria, Fungi, and Virus. The Laryngoscope. 2008;118:1862-1867.

8.

Boecker D, Zhang Z, Breves R, Herth F, Kramer A, Bulitta C. Antimicrobial efficacy, mode of action and in vivo use of hypochlorous acid (HOCl) for prevention or therapeutic support of infections. GMS Hygiene and Infection Control. 2023;18:1-22.

9.

Wang Y, Jin L, Liu S, Fan K, Qin M, Yu S. Role of nasal saline irrigation in the treatment of allergic rhinitis in children and adults: A systematic analysis. Allergol Immunopathol (Madr). 2020;48(4):360-367.

10.

Lara-Pérez E, Virgen-Ortega C, Márquez-Celedonio F, Villegas-Domínguez J, Crespo-Cortés C. Efecto de solución salina ionizada nasal pH neutro en la función pulmonar e infecciones respiratorias de niños asmáticos. Rev Mex Pediatr. 2020;87(2):46-50.


 

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