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27 abr 2022

El papel de la nutrición en el control de la inmunosenescencia

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Medicina General

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INTRODUCCIÓN Con el envejecimiento ocurre la declinación de los sistemas fisiológicos. Los cambios progresivos que se acumulan con el paso del tiempo incrementan la posibilidad de que se generen alteraciones como el deterioro del sistema musculoesquelético, filtración glomerular disminuida, ventilación pulmonar baja, intolerancia a la glucosa asociada con la edad y pérdida de la capacidad auditiva, visual, de memoria y de coordinación motora, así como que se presenten enfermedades degenerativas.


La funcionalidad del sistema inmunitario también se deteriora y se origina un incremento en enfermedades autoinmunes y una mayor susceptibilidad a infecciones.¹


A la declinación progresiva de la función inmunitaria que proviene del proceso natural del envejecimiento se le conoce como inmunosenescencia. Hasta el momento no se conocen todos los aspectos que involucran estos cambios y no se comprende totalmente el papel específico que juega el sistema inmunitario en el envejecimiento y la fragilidad.¹


CONCEPTO, PROCESO Y CARACTERÍSTICAS DE LA INMUNOSENESCENCIA La senescencia es un proceso fisiológico normal en el que la función de los órganos cambia lentamente con la edad. Cuando se trata del sistema inmunitario, se denomina inmunosenescencia.


Como consecuencia, la inmunosenescencia es un proceso de disfunción inmunitaria que ocurre con la edad e incluye la remodelación de los órganos linfoides, lo que conduce a cambios en la fución inmunitaria de los adultos mayores. De hecho, el proceso de inmunosenescencia está regulado por muchos factores, como el envejecimiento, la inflamación crónica y los cambios en el microambiente (fig. 1).²


Además, durante esta declinación se presenta una disminución en el funcionamiento de la médula ósea, mayor cansancio y fatiga, disbiosis intestinal y una característica distintiva importante es que el timo retrocede y se degenera gradualmente con la edad, lo que resulta en una disminución en la producción de células T. A este proceso se le considera una manifestación de inmunosenescencia. Por lo tanto, comprender cómo restaurar la función del timo y la producción de células T proporciona una estrategia eficaz para el control de inmunosenescencia.²


FIGURA 1. Proceso de inmunosenescencia. El proceso de inmunosenescencia puede alterar la respuesta inmunitaria, dando lugar a la aparición de diversas enfermedades, como tumores e infecciones. Muchos factores pueden activar el proceso de inmunosenescencia: el timo se degenera gradualmente, lo que resulta en una disminución relacionada con la edad en la producción de células T y conduce a la senescencia del sistema inmunitario.


La inflamación relacionada con la edad avanzada producirá fenotipo secretor asociado con senescencia (SASP, por sus siglas en inglés), que también conduce a inmunosenescencia. Los factores intrínsecos en las células del sistema inmunitario, así como los factores extrínsecos potenciales que a menudo se pasan por alto, también pueden causar inmunosenescencia.


La involución tímica, piedra angular en el envejecimiento de la inmunidad, se inicia a temprana edad y alrededor del 90% de la misma se completa a los 40 a 45 años; sin embargo, no se ven verdaderas infecciones oportunistas en ancianos, lo que sugiere que existe algún tipo de compensación para la pérdida de función del timo.


En los estudios realizados en animales, jóvenes y ancianos, se identificó que el principal actor de los cambios del envejecimiento en lo que a inmunidad se refiere es el linfocito o célula T.³ Está bien documentado que el timo es un órgano linfoide donde las células T se diferencian, desarrollan y maduran. La degeneración del timo conduce a una disminución del número y la proporción de linfocitos T CD8+ no tratados previamente, que es una de las principales manifestaciones de inmunosenescencia. Por tanto, es probable que las células T sean células inmunitarias importantes y desempeñen un papel clave en la aparición y progresión de los tumores.


Es bien sabido que la senescencia, la anergia (linfocitos inactivos) y el agotamiento son tres estados de disfunción importantes de las células T en el cáncer y son significativamente diferentes en términos de regulación molecular durante la progresión del tumor. La senescencia de las células T es irreversible, a diferencia de su anergia y agotamiento, los cuales se consideran reversibles.²


EL INTESTINO: PIEZA CLAVE DEL SISTEMA INMUNITARIO: GALT


La defensa intestinal frente a patógenos está formada por un sistema complejo que inicia con la microbiota intestinal. El tejido linfoide asociado con el intestino (GALT) es la parte prominente del tejido linfoide asociado con las mucosas (MALT) y representa casi el 70% de todo el sistema inmunitario; además, aproximadamente el 80% de las células plasmáticas (en particular las células portadoras de inmunoglobulina A [IgA]) residen en GALT.


GALT interactúa estrictamente con las funciones gastrointestinales de manera dinámica; por ejemplo, aumentando la permeabilidad intestinal en respuesta a estimulaciones particulares u orientando la respuesta inmunitaria hacia el contenido luminal, permitiendo la tolerancia o la eliminación/degradación de los antígenos luminales, o en ocasiones provocando daño a la mucosa intestinal, como en la enfermedad celíaca o alergia alimentaria.4 Anatómicamente, el GALT se divide en dos compartimentos: (1) GALT organizado, inductor de la respuesta inmunitaria intestinal


–constituido por folículos linfoides aislados, folículos linfoides asociados o placas de Peyer y ganglios linfáticos mesentéricos


–; y (2) GALT difuso, efector de la respuesta inmunitaria


–integrado por poblaciones de linfocitos dispersas en el entramado epitelial (linfocitos intraepiteliales, IEL) o en la lámina propria intestinal (linfocitos de la lámina propia, LPL).⁵


I NTERVENCIONES POTENCIALES PARA CONTROLAR LA INMUNOSENESCENCIA La principal intervención es la suplementación. La nutrición tiene una fuerte influencia sobre el sistema inmunitario de las personas mayores de 50 años y las deficiencias nutricionales ejercen efectos acumulativos sobre la inmunosenescencia.


La suplementación de nutrientes y probióticos específicos puede restaurar o prevenir la declinación de la respuesta inmunitaria. Los problemas asociados con la edad, como la inmunosenescencia, disfunción intestinal o malnutrición, pueden ser debidos a cambios en la microbiota intestinal.


Para normalizar y restablecer la microbiota intestinal, se recomienda el consumo de probióticos específicos, que además mejoran el proceso de digestión y absorción de nutrientes, manteniendo el estado de salud y calidad de vida de las personas.⁶


PROBIÓTICOS EN EL SISTEMA INMUNITARIO Se ha demostrado que varias cepas de probióticos ejercen efectos múltiples y variados sobre el huésped y su sistema inmunitario. Su papel esencial en la regulación inflamatoria ha sido bien aclarado en varios modelos in vitro y ex vivo y en ratones libres de gérmenes que muestran la falla de las redes reguladoras inmunitarias sistémicas, lo que desencadena una cascada de eventos que conducen a una respuesta inflamatoria.


Las cepas bacterianas específicas pueden actuar sobre el entorno luminal intestinal y la barrera de la mucosa intestinal, además de que pueden regular el sistema inmunitario de la mucosa. Los probióticos pueden afectar a diferentes células involucradas en la inmunidad innata y adquirida, por ejemplo, DC, monocitos, células asesinas naturales (NK), macrófagos, linfocitos y células epiteliales (fig. 2).⁷


LACTOBACILLUS PLANTARUM CECT 7315 Y LACTOBACILLUS PLANTARUM CECT 7316 . En diferentes estudios se han demostrado que Lactobacillus plantarum CECT 7315 y Lactobacillus plantarum CECT 7316:8-10


• Estimulan y mejoran la respuesta del sistema inmunitario.


• Disminuyen la concentración plasmática de TGF-β 1 (factor inmunosupresor).


• Aumentan los linfocitos T-colaboradores activados, los linfocitos B y las células presentadoras de antígeno.


• Disminuyen significativamente las concentraciones de proteína C reactiva (indicador de inflamación). • Normalizan y restablecen la microbiota intestinal, mejorando la absorción de vitaminas y minerales


BENEFICIOS DEL CONSUMO DE VITAMINAS Y MINERALES ESPECÍFICOS Las vitaminas son sustancias orgánicas que se hallan en pequeñas cantidades en los alimentos naturales y no pueden ser sintetizadas en el cuerpo humano, siendo indispensables para el desarrollo, mantenimiento y el buen funcionamiento del organismo.11 Los minerales son elementos inorgánicos esenciales para el organismo como componentes estructurales y reguladores de los procesos corporales. No pueden ser sintetizados y deben formar parte de la alimentación diaria.12


• La vitamina B6 es importante para la proliferación, diferenciación y funcionamiento de las células inmunitarias y la síntesis de anticuerpos y citocinas.13


• La vitamina B9 aumenta la inmunidad innata y proporciona protección contra infecciones en personas mayores.13


• La vitamina B12 interfiere con la función inmunitaria a través de su participación en la biosíntesis de proteínas y ácidos nucleicos junto con la vitamina B6 y el folato.13


• La vitamina C es un micronutriente esencial para los seres humanos que contribuye a mejorar la respuesta inmunitaria al apoyar el sistema inmunitario innato y adaptativo.13


• La vitamina A cumple un rol en los procesos de inmunidad adquirida. En esta parte del sistema inmunitario existen dos grupos de células llamadas linfocitos B y linfocitos T, que son fundamentales en el proceso de defendernos contra virus y bacterias.13


• El zinc y el selenio tienen un impacto positivo en el resultado clínico del control de la inmunosenescencia en las personas mayores de 50 años.14,15.


REFERENCIAS


1. Romero-Cabrera AJ et al. Inmunosenescencia y fragilidad: una mirada actual. Med Int Mex 2013;29:605-611.


2. Lian J et al. Immunosenescence: a key player in cancer development. J Hematol Oncol 2020;13:151.


3. Rozenek M. Inmunosenescencia. Disponible en: http://www.sagg.org.ar/wp/wp-content/uploads/2016/07/Inmunosenescencia.pdf


4. Castro PS, Martín JMV Sistema inmunitario de la mucosa intestinal. Reduca Serie Fisiología Animal 2015;8(2):1-15.


5. Ramiro-Puig E. El intestino: pieza clave del sistema inmunitario. Rev Esp Enferm DIG (Madrid) 2008;100(1):29-34.


6. Wu W et al. Microbiota metabolite short chain fatty acid acetate promotes intestinal IgA response to microbiota which is mediated by GPR43. Mucosal Immunol 2017:10(4): 946–956. doi:10.1038/mi.2016.114.


7. Ren Ch et al. CRISPR/Cas9-mediated efficient targeted mutagenesis in Chardonnay (Vitis vinifera L.). Scientific Reports 2016.


8. Mañé J et al. A mixture of Lactobacillus plantarum CECT 7315 and CECT 7316 enhances systemic immunity in elderly subjects. A dose-response, double-blind, placebo-controlled, randomized pilot trial. Nutr Hosp 2011;26(1):228-235.


9. Bosch M et al. El consumo del probiótico Lactobacillus plantarum CECT 7315/7316 mejora el estado de salud general en personas de edad avanzada. Nutr Hosp 2011;26(3):642-64.


10. Bosch M et al. Lactobacillus plantarum CECT7315 and CECT7316 stimulate immunoglobulin production after influenza vaccination in elderly. Nutr Hosp 2012;27(2):504-509.


11. Mollinedo PMA, Carrillo LKJ. Absorción, excreción y metabolismo de las vitaminas hidrosolubles. Rev Act Clin Med 2014;41:2146-2149.


12. Ratner R. Minerales. Nutrición y salud. Consultado en: https://medicina.udd.cl/files/2017/07/vitamina-B-294.pdf


13. Vitaminas y minerales para el sistema inmunitario. Consultado en: https://www.ecoceutics.com/respuestas-de-salud/vitaminas/vitamines-i-minerals-per-al-sistema-immunitari/


14. Guardia Peña O et al. Algunas aplicaciones clínicas del zinc y su acción sobre el sistema inmune. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia 2011;27(3):367-381.


15. Selenio. Consultado en: https://www.cerascreen.es/blogs/news/selenio

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