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16 may 2022

¿CÓMO LA ANSIEDAD<br>AFECTA A LOS UNIVERSITARIOS?

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Psiquiatría

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Medicina General

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RESUMEN Los estudiantes universitarios son una población con riesgo a la presentación de síntomas patológicos de ansiedad. Muchos de los factores condicionantes de esta psicopatología son parcialmente inherentes a su condición de estudiantes. El diagnóstico y tratamiento de estas condiciones debe ser integral, y contempla elementos clínicos, psicosociales, neurobiológicos e inclusive medicina complementaria. El clínico tratante deberá apegarse a las recomendaciones generales de la atención médica y considerar la necesidad de un trabajo multidisciplinario de ser el caso. Finalmente, la educación médica y psicológica al paciente universitario es una tarea fundamental en el abordaje de estas condiciones. Palabras clave: ansiedad; trastornos de ansiedad; diagnóstico; tratamiento; psiquiatría comunitaria.


ABSTRACT University students are a population at risk for the presentation of pathological symptoms of anxiety. Many of the conditioning factors of this psychopathology are partially inherent to the academic condition of students. The diagnosis and treatment of these conditions must be holistic, and include clinical, psychosocial, neurobiological, and even complementary medicine elements. The treating clinician should adhere to the general recommendations for medical care and consider the need for multidisciplinary work, if applicable. Finally, medical, and psychological education to the patient is a fundamental task in addressing these conditions in university students. Key words: anxiety; anxiety disorders; diagnosis; treatment; community psychiatry.


ANTECEDENTES La salud mental entre los estudiantes universitarios representa un importante y creciente problema de salud pública.1 Los estudiantes son un grupo único de personas que pasan por el período más crítico de la vida y en el que experimentan muchos eventos estresantes; a medida que la educación avanza al nivel superior, los estudiantes suelen enfrentar eventos más estresantes, como el integrarse a un programa de estudios más difícil, así como el realizar tareas y proyectos desafiantes.2


Recientemente se ha reportado que alrededor de la mitad de los estudiantes universitarios pueden experimentar síntomas de ansiedad, lo que hace que este problema de salud mental quizá sea más prevalente de lo que se pensaba.3


Esto no es de destacar, ya que desde tiempos de antaño, es sabido que este periodo vital se asocia con cambios importantes en la forma de relacionarse con los demás, así como debido a la carga académica y a los cambios fisiológicos con los que éste se asocia.4


Considerando esto, no es de extrañar que los síntomas psiquiátricos, como es el caso de los síntomas de ansiedad, tengan cambios en su forma de presentación, prevalencia o evolución longitudinal en esta población vulnerable.3 Inclusive, si uno revisa la literatura médica más reciente, encontrará datos sugestivos de que este tipo de síntomas tengan diferencias marcadas en cuestión de variables muy específicas, como es el caso del grupo etario, sexo, género y otras circunstancias psicosociales pertinentes a los estudiantes universitarios.5


Por ejemplo, los estudiantes universitarios son propensos a tener altos niveles de ansiedad por el estudio, así como por la expectativa de tener nuevas experiencias con sus compañeros, con el entorno y su situación académica.6


Para esta población, muchos estudios de investigación han demostrado que pueden existir otros factores estresantes que causan un alto nivel de ansiedad, como los exámenes, la falta de tiempo para realizar actividades y la sobrecarga académica; por ello, varios autores destacan que se deben considerar variables como las expectativas individuales y la autoeficacia percibida para hacer frente o amortiguar los efectos del estrés y la ansiedad en el ámbito de la educación superior.7


Por este motivo, no estaría de más destacar las características principales de estos síntomas, abocándose a las circunstancias especiales de este grupo de estudio, y contemplando aspectos básicos de tamizaje, detección, manejo y vigilancia en todos los niveles de atención médica.


D EFINICIÓN La ansiedad es una respuesta fisiológica y de adaptación que pertenece a la gran mayoría de los seres vivos.8 Esta se caracteriza por una oleada de señalizaciones bioquímicas complejas y en las cuales participan casi todos los sistemas y aparatos corporales de una forma directa o indirecta 9. En términos neurocientíficos, gran parte de esta cascada de señales químicas es regulada por monoaminas, es decir, neurotransmisores, siendo estas sustancias producidas, secretadas y las cuales trabajan (en mayor medida) en el sistema nervioso central.9


La noradrenalina y serotonina son algunos de los neurotransmisores más estudiados con relación a los síntomas de ansiedad, aunque, quizá, no sean las únicos ni necesariamente los más importantes para el desarrollo y mantenimiento de estos fenómenos.8 De hecho, la ansiedad, siendo una respuesta vital básica, debería ser considerada como una experiencia sana y la responsable de desencadenar actos y otros motivantes para resolver los desafíos de la vida.9


Cualquier persona puede experimentar ansiedad en distintos niveles y ésta puede producir diferentes tipos de respuesta en quien la vive y en quien se adapta a ella, mediante múltiples mecanismos hereditarios y ambientales.10 Sin embargo, no todas las experiencias ansiosas son habituales, y algunas de estas, pueden tomar tintes patológicos que, de ser mantenidos y reforzados, pueden producir suficiente incapacidad para que quien la experimente tenga una pérdida de funcionalidad en varias áreas de la vida, como en la salud física, social o hasta académica.


FISIOPATOLOGÍA Considerando lo ya descrito, y reiterando que la ansiedad es una función primitiva de nuestra especie, se debe tomar en cuenta cuales son los síntomas principales de un estado patológico.10 Previamente se describió que la noradrenalina y serotonina, neurotransmisores básicos de nuestro cuerpo, son actores principales en estas vivencias, y que estas sustancias no solamente actúan en el cerebro o sus anexos, sino también en otros aparatos y sistemas del organismo.9


Sabiendo esto, se puede definir de una manera muy reduccionista que los síntomas de ansiedad son, principalmente, síntomas adrenérgicos que resultan en la presentación de respuestas claras y medibles en distintas áreas del cuerpo (y los cuales se detallan con un poco más de claridad en la tabla 1.11 Ahora, estos síntomas, no son necesariamente agradables, y esto es debido a las respuestas corporales que producen y las emociones que pueden acompañarlos.


Es decir, la sensación de descarga adrenérgica, las palpitaciones, sudoración profusa y hasta visión borrosa que acompañan a una amenaza evidente o no evidente, pueden correr en paralelo con una emoción primitiva como el miedo, la tristeza o la frustración.9 La herencia, y todo el bagaje de experiencias previas del individuo quien vive estos síntomas determinarán en menor o gran medida si estas experiencias dejan de ser adaptativas, y si son repetidas a lo largo del tiempo en situaciones en las que una amenaza no sea tan clara o evidente, causando disfunción para quien las experimenta.11


Por supuesto, esto no es otra cosa más que una visión reducida y muy simplificada de una ansiedad patológica.8 Sabemos que existen otros elementos clave en la adquisición y mantenimiento de estas respuestas anormales, como el aprendizaje del miedo, genes muy específicos y hasta las características de la personalidad de la persona afectada, aunque para el entendimiento básico de esta revisión estos solo se mencionarán debido a que su extensión sale del marco y del alcance de este tema.11


DIAGNÓSTICO Tomando en cuenta lo anterior, valdría la pena definir a la categoría de los trastornos de ansiedad. Estos son constructos psiquiátricos caracterizados por las respuestas aberrantes a la ansiedad ya referidas, y que a menudo, recurrentemente suelen presentar elementos clave en su presentación, como la presencia de pensamientos específicos, como preocupación excesiva hacía un desenlace poco favorable en el futuro, obsesiones, recuerdos o imágenes angustiantes, entre otros.11


Estos fenómenos, a menudo e idealmente, no deben ser mejor explicados por otra condición médica no-psiquiátrica evidente (como, por ejemplo, un estado metabólico descontrolado), o por el uso agudo de alguna sustancia psicoactiva.13


Forzosamente, estos deben provocar pérdida de la función de la persona que los vive. Es decir, el deterioro físico, psíquico, social, laboral, académico, sentimental, etc. del afectado debe ser evidente y claro para tanto quienes le rodean, así como para el clínico quien lo evalúa.13


Estos trastornos, si bien comparten ciertas características o elementos entre sí, existen dentro de una categoría diagnóstica llamada trastornos de ansiedad.9 Estos y sus criterios pueden ser revisados con detalle en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés).13


Existen escalas e instrumentos, como la Escala de Ansiedad de Hamilton, que pueden ser utilizadas de manera general para realizar un tamizaje en quienes se sospecha un trastorno de ansiedad. Estas escalas han sido validadas en múltiples poblaciones en todo el mundo, y tienen la ventaja de ser fácilmente aplicables, y de ser respondidas por los usuarios.14


No obstante, se aclara que estas herramientas no pueden ser usadas para dar un diagnóstico formal de un trastorno de ansiedad (esa tarea se reserva al uso de los criterios específicos de un manual, como es el caso del DSM), sino que únicamente permiten la detección o tamizaje de los síntomas y de su intensidad.1


TRATAMIENTO El tratamiento de los problemas de ansiedad debe ser multimodal y abarcar diferentes aspectos que le constituyen, y estos no son exclusivos o diferentes en la población universitaria.17 En principio, se deberá establecer una relación terapéutica de confianza, y que ésta permita brindar suficiente educación al paciente, su familia o seres cercanos acerca de la diferencia entre la ansiedad y un trastorno ansioso, su abordaje y consecuencias.17


Existe suficiente evidencia para recomendar el uso de psicoterapia para este tipo de trastornos, en particular, aquellos de corte cognitivo y conductual, los cuales suelen ser tratamientos relativamente breves, es decir, de aproximadamente 8 a 12 sesiones (o las que sean requeridas) en las cuales a menudo se identifican pensamientos disfuncionales y las consecuencias conductuales que estos producen, indicando tareas o ejercicios que a lo largo del tiempo reestructuran las respuestas de la mente y del cuerpo ante los desencadenantes de la ansiedad, atenuando la respuesta desproporcionada que esta pueda generar.17


Aunque generalmente su uso suele reservarse para especialistas en salud mental o personas con formación o experiencia previa específica en esta área, se puede considerar el uso de antidepresivos (como los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina) o ansiolíticos (como las benzodiacepinas) acorde a los esquemas, guías y recomendaciones de las asociaciones de salud mental más relevantes de la actualidad. El tiempo y dosis respecto al uso de estos medicamentos suele ser variable, y dependerá de la respuesta del individuo, la experiencia del clínico y de las recomendaciones médicas internacionales ya descritas, por lo que, no se puede generalizar el tratamiento farmacológico de cada persona.15


Existen intervenciones terapéuticas no-psicosociales ni farmacológicas de las cuales el usuario puede inquirir, como es el caso de los estilos de vida saludable (como la realización de actividad física, y hasta medidas higiénico-dietéticas) o del uso de tratamientos alternativos o complementarios.15


Por ejemplo, hay evidencia que reporta que la realización de suficiente actividad física de corte cardiovascular, de manera consistente, sostenida y acorde a las capacidades del individuo puede atenuar los síntomas de descarga adrenérgica. Asimismo, se sabe que ciertas sustancias fitoterapéuticas pueden producir un efecto ansiolítico medible bioquímica y clínicamente en personas con síntomas de ansiedad, como es el caso de la Valeriana officinalis, y que sus extractos han sido estandarizados en el pasado, siendo accesibles de manera comercial.18


De hecho, esta planta es probablemente la especie que más se ha estudiado por sus efectos sobre diferentes tipos de alteraciones neuropsiquiátricas, especialmente el insomnio y la ansiedad; esto quizá se debe a su facilidad de acceso, costos y perfil de seguridad.19


Sus propiedades terapéuticas se deben a los principales compuestos activos, como el ácido valeriánico y algunos alcaloides.20 Por esto mismo, se ha pensado que este ácido facilita la modulación de los receptores del ácido gamma-aminobutírico como su principal mecanismo de acción, situación no muy distinta al de otros medicamentos que brindan alivio en cuestión de síntomas ansiosos.20


Por ejemplo, un ensayo clínico evaluó la actividad de la valeriana en pacientes de ambos sexos, y los resultados demostraron que la valeriana podría proporcionar relajación sin sedación y con menos somnolencia en comparación con otros agentes hipnóticos.21


Otro estudio encontró que los extractos de esta planta brindaban un efecto similar y comparable con el del oxazepam (una benzodiacepina) siempre y cuando su uso sea vigilado de manera correcta; por otro lado, también llama la atención que estos efectos positivos e interesantes se han visto en diversos contextos, hasta en pacientes hospitalizados, y lo que también llama la atención es que en este tipo de reportes se describe una tasa de escasos efectos adversos y adecuada tolerabilidad, escenario benéfico para las personas interesadas en calmar este tipo de síntomas.22


REFERENCIAS 1 . Eisenberg D, Gollust SE, Golberstein E, Hefner JL. Prevalence and Correlates of Depression, Anxiety, and Suicidality Among University Students. Am J Orthopsychiatry [Internet]. 2007 Oct 1 [citado el 13 de diciembre de 2021];77(4):534–42. Disponible en : https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1037/0002-9432.77.4.534 2. Asif S, Mudassar A, Shahzad TZ, Raouf M, Pervaiz T. Frequency of depression, anxiety and stress among university students. Pakistan J Med Sci [Internet]. 2020 Jul 1 [citado el 13 de diciembre de 2021];36(5):971. Disponible en: /pmc/articles/PMC7372668/ 3. Pisarik CT, Rowell PC, Thompson LK. A Phenomenological Study of Career Anxiety Among College Students. Career Dev Q [Internet]. 2017 Dec 1 [citado el 11 de diciembre de 2021];65(4):339–52. Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/cdq.12112

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